Museo de Anclas Philippe Cousteau.
Salinas-Castrillón-Asturias

 
Producción: Carlos Poveda
Textos: www.museodeanclas.es
Fotografías: Carlos Poveda

Historia del Museo de Anclas

Historias de las anclas

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Información oficial

 

El ancla debe ser tan antigua como la navegación, y puede haber nacido por necesidad, con ella. Su origen se pierde en los albores del tiempo y las primeras fueron lógicamente de piedra. Hay naves egipcias hasta 1.000 años antes de Cristo que las usan, pero en Fenicia, Grecia y después en Roma, comienzan a desarrollarse tipos de anclas más elaboradas con plomo, el cual, es conocido desde la más remota antigüedad por la facilidad con que se funde a bajas temperaturas.

En algunos Museos se conservan anclas de madera donde dos cuñas trabadas se horadaban y rellenaban con plomo fundido. Las primeras eran simplemente anclas de peso, de piedra, plomo, de piedra y plomo sin ningún tipo de traba o agarre hasta que en una lenta evolución se fueron formando las anclas con brazo, con dos brazos, con uñas y con uñas y cepo. Por último, están las articuladas en los modernos buques.

La caña es la parte central del ancla que porta en la parte superior los dos maderos unidos entre sí (cepo) por las bandas de metal, o de sogas en las más antiguas, incluso algunos cepos ya se hacían de metal. Esta parte del ancla es para que no se apoye horizontalmente en el suelo marino y resbale, sino que se clave en él para cumplir su cometido de fijación. El brazo es la pieza unida a su extremo inferior, ya sea fundida, remachada o abulonada a la caña y lleva en su extremo (pala), aferradas uñas. A comienzos del siglo XIX comienza a desarrollarse el ancla moderna sin cepo, cuyo uso es normal actualmente y sumamente práctica por su diseño sencillo y la facilidad de su estibaje, ya que están hechos de una sola pieza los dos brazos y las uñas y la caña pivota sobre un perno en la canaladura central de los brazos de forma que puede girar en un ángulo de 90º.

La idea de El Museo de Anclas Philippe Cousteau surge a finales de los años 80 en el seno de la Cofradía de la Buena Mesa de la Mar, para rendir homenaje continuo de amor a sus gentes, y a toda la cultura que esta representa a través de la unión de los mares y los océanos para lo que se pensó en la figura de Philippe Cousteau, ofreciendo así un homenaje eterno a las gentes que dieron su vida por ella.

El museo está concebido como un conjunto monumental al aire libre donde se resalta la belleza de las anclas, el Templo de los Océanos, o el busto de Philippe Cousteau.

El museo es idea original de Agustín Santarúa, Vigía Mayor, que La Cofradía hizo propia con tal entusiasmo, que pudiera afirmarse que ha servido de núcleo aglutinante y hasta de especial identificación de la propia Cofradía, traspasando una primera finalidad gastronómica con otras dedicaciones culturales.

En los estatutos de La Cofradía, constituida como asociación, se expresa nítidamente una de las causas por la cual se constituyó:"dar testimonio de amor a la mar y a sus gentes". Con tal vínculo es fácil entender que en el seno de La Cofradía surjan ideas como la del Museo y seguramente nacerán otras más con la misma vocación.

A los años 1989 y 1990 corresponde la maduración de la idea de creación de un Museo, su valoración, planificación y negociaciones con el Ayuntamiento de Castrillón, que desembocaron en la firma de un Protocolo creando la Comisión del Museo a través de la cual se formalizaron las necesarias autorizaciones administrativas municipales y del Ministerio. En este mismo período se consiguieron las colaboraciones del Instituto Europeo de Estudios Marítimos y de las primeras empresas privadas que aceptaron integrarse en la idea.


En 1991 el prestigioso arquitecto Luis Castillo presenta anteproyecto, y se encarga la escultura de bronce con el busto del hijo del Comandante Cousteau a Vicente Santarúa.

Las tramitaciones administrativas y especialmente las dificultades para conseguir patrocinadores, marcaron en ocasiones un ritmo lento al proceso operativo, pero en 1992, se entra en una fase de mayor dinamismo. La Cofradía recibe el busto en bronce, el cual, es valorado como la obra de más alta calificación artística y servirá de elemento dinamizador y tangible para incorporar nuevas empresas e instituciones para la consecución final del Museo.

En esta misma línea, La Cofradía estableció relaciones con la Fundación Cousteau y la Unesco con la activa intervención del por entonces Director General de la UNESCO, Federico Mayor Zaragoza.

La Cofradía presentó el día 14 de abril de 1992 en la sede oficial del citado organismo en París, toda una completa exposición sobre el Museo, destacando como pieza estelar el busto de Philippe Cousteau. Las autoridades de la UNESCO, la Presidenta de la Junta General del Principado de Asturias por aquel entonces, el Alcalde de Castrillón y los más de 100 cofrades y acompañantes que asistieron al acto, fueron testigos de la emoción del Comandante Cousteau y de la viuda de Philippe Cousteau ante la escultura, apreciándola tanto en el tema sentimental como en el creativo.

El año 1992 siguió siendo un año de intensa actividad. Obtenidas las últimas autorizaciones de la Demarcación de Costas, se entró en la fase de movimientos de tierras, excavaciones, cimentación y obra civil. Se concretaron nuevas colaboraciones empresariales para la fabricación de las velas en vidrio, marcos metálicos, anclajes, etc., y compromisos con los Alcaldes de San Sebastián, Bilbao, Santander, Gijón, Avilés y La Coruña en relación a las anclas.

En 1993 se van cerrando las previsiones del planning de obra y montaje que dirige Armando Cubillas, cofrade con dedicación ejemplar, y la colaboración estrecha de otros miembros de La Cofradía. El 30 de septiembre de 1993, SS.MM. el Rey Don Juan Carlos I, inaugura el Museo. Para La Cofradía es una fecha histórica que nunca olvidarán sus miembros. SS.MM. el Rey, le daba su alto aprecio con la visita y era también, la culminación con éxito de tantos esfuerzos que ese día tenían clamoroso reconocimiento. Don Juan Carlos en el acto de inauguración, saludó afectuosamente a la Mesa Mayor; al Alcalde de Castrillón; a los autores del mural, del busto y del proyecto; a los Alcaldes de Avilés, San Sebastián, Bilbao, Gijón y La Coruña; así como a la representación de la familia Cousteau, integrada por Mª Janine Cousteau,viuda de Philippe Cousteau, y sus hijos Philippe y Alejandra. A la inauguración asistieron también el Presidente del Principado, Ministro de Educación, Obras Públicas y Transporte, Presidente de la Junta del Principado de Asturias, Delegado de Gobierno, autoridades militares, judiciales y administrativas, representantes de las empresas y organismos colaboradores, ..., y como no, numeroso público. El afecto de Don Juan Carlos se puso de manifiesto en el almuerzo posterior al acto que tuvo lugar en las dependencias de La Cofradía (Edificio de Las Colonias en Salinas), el cual, fue ofrecido por la entidad. En el transcurso del mismo, SS.MM. el Rey, se dirigió a los cofrades felicitándoles y animándoles a seguir en las mismas singladuras con palabras más allá del protocolo. El acto de inauguración fue recogido ampliamente por todos los medios de comunicación.

En los años siguientes, entre 1994 y 1996, los esfuerzos están dedicados a la terminación de la segunda fase del Museo, constituida principalmente por el Templo de los Océanos.

Para resumir, conviene señalar que la realización del Museo bien pudiera calificarse de obra atípica, porque se ejecuta gracias a las aportaciones directas de diferentes partidas de obra (excavaciones, movimientos de tierra, hormigón, vidrio, acero, albañilería, saneamiento, conducción de aguas, redes eléctricas, transportes, grúas, montajes, pintura, topografía, planimetría, anclajes, mástiles, hidrosiembra, ...), proporcionadas por más de 40 empresas asturianas o con presencia en el Principado de Asturias. Cifras no cerradas, sitúan en torno a los 250 millones de pesetas la valoración de las obras realizadas hasta el año 1997. Las contribuciones en metálico suponen un porcentaje inferior al 10% del total invertido, correspondiendo principalmente a instituciones y a la propia Cofradía.

Historia de algunas de las anclas que se ven en las fotos:

Ancla del "Alfonso XIII"(1.927 — 1.966)

Ancla de San Emeterio (1.987 — 1.958)

Ancla del Castillo de Salas (1.980 — 1.986)

Ancla del Aegean Sea o Mar Egeo (1.973 — 1.992)

Ancla del "Cabo de Palos"

Ancla "Balear" y el "Forner" de Roselló

Ancla de "Nuestra Señora de Atocha"

Ancla del "Ciudad de Turbo"

Ancla de "La Garza"

 

 
 
 
 

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